domingo, 24 de agosto de 2014

-Hacia una suelta aceptable


La otra mañana lo hablábamos Manolo y yo. Uno de los aspectos  técnicos más difíciles de dominar en el tiro con arco es la suelta. Que poquita gente conocemos que la haga bien, es decir, una suelta producida por la relajación muscular. Parece ser que todos/as padecemos los mismos o parecidos errores: soltar precipitadamente antes de estar bien anclados, soltar sacando la mano de cuerda para afuera o para abajo, abriendo los dedos bruscamente o tratando de juntar los omóplatos exageradamente con el consiguiente movimiento de hombros y arco. No es fácil , la verdad. No queda más remedio que acudir al Youtube y buscar algún modelo digno de imitar.


 Aquí os dejo una breve selección de videos realizada por el amigo Manolo Gonzalez Z. que seguro nos darán pistas para mejorar nuestro gesto deportivo. Y una recomendación: es muy interesante filmarse a uno  mismo tirando. Cuando luego te ves comprendes el porqué de muchas cosas...

Excelente foto-montaje de Josep Barceló

Campeón del Mundo de tiro de Campo, en el 2010.

Encarna Garrido en cámara lenta.



El secreto es, dicen,  
"tirar del codo hacia atrás deslizando la mano por la cara mientras estiramos los dedos".

chisssss , no se lo digas a nadie.

martes, 12 de agosto de 2014

Pachanga nocturna 3D


Bertu, un pachanguero que entre lager y lager tiene muy buenas ocurrencias, nos lo propuso. Juntarnos bajo la luna más grande del año para hacer un recorrido de bosque nocturno. Sería en La Roca, Badajoz, en una finca municipal homologada para los deportes de tiro. Desde Badajoz, Guareña (el mejor pueblo del occidente cristiano), Zafra y Torremegía nos dirigimos a esta nueva experiencia  arropados por nuestros bichos, neveras y los mejores deseos del resto de amigos de La Pachanga que por vacaciones o trabajo no podrían asistir.






El plan era sencillo llegaríamos con la puesta de sol. Montaríamos el recorrido bajo las pautas del Calvo. Cenaríamos y cervezearíamos. Y a medianoche con las doce campanadas comenzaríamos la fiesta.







¿Pero... se veía? hombre, sí... Era luna llena y la vista se iba acostumbrando a la oscuridad hasta que a alguno le daba por probar su magnífica linterna comprada por internet en Singapur o en Islandia... Y metía un fogonazo que dejaba a la peña con puntitos parpadeantes en los ojos durante un buen rato.





No todas los frontales eran tan agresivos, algunos no...




Cabrera, Manolo, Alvaro, Mari Carmen, Javier, Juanjo, Theo, Paco, Juanan y Bertu. Encarna está detrás de la cámara. Buena cuadrilla.



Había un sistema ingeniado por Juanan para saber donde estaba el bicho en la inmensa e inquietante negrura. Pinchamos una barrita luminosa en el corrazón del bicho. Los chinos los llaman "palillos del resplandor", hay que reconocerlo... mucho mas bonito. Y es que para nombrar las cosas derrochan arte y poesía: el sol naciente, rollitos primavera, arroz tres delicias... aunque luego todo sea un mojón. Y para las flechas lo mismo: otra barrita, perdón, palillo del resplandor, sujeto con celo en el astil de la flecha a la altura del comienzo del emplumado. No sé lo que dirán los demás pero que para mí que no afecta al vuelo de la flecha ya que iban al sitio, y si afecta da lo mismo porque ni la ves volar.


 

 

 

 


La tirada fue divertida, larga, sin percances (por lo de los tropezones). Amenizada por la música de la verbena de algún pueblo próximo. Sin perder flechas... ya que las que se fallaban se vislumbraban facilmente por el luminoso que llevaban incorporado. Buena temperatura y las habituales paridas que con el anonimato de la oscuridad son más osadas y graciosas que nunca. 


En cuanto a la dificultad del tiro también sorprendente la cuestión. Estuvimos finos, finos, finos. Mi explicación es que tu ves un punto luminoso y nada más. No hay ningún estímulo extra que disperse tu atención. Ni distancias , ni vuelos extraños de flechas, ni ramitas que mueve el aire, ni la piedra del fondo a la que puede ir a parar tu flecha. No hay paisaje, ni el vertigo del vacío, ni profundidad de campo. Me acuerdo de la película de Mel Gibson "El patriota" cuando le dice a su hijo que apunte al botón de la casaca de los soldados "porque blanco pequeño, fallo pequeño".



 

 

 





 






Voy a tener el placer de despedir esta breve crónica adjuntando un texto que me envía el amigo Cabrera. Yo creo que es un poema con todas las de la ley. Redactado con corazón e inteligencia. Como no lo ha titulado me tomo la libertad de bautizarlo "Luna pachanguera" de Don Jose Antonio Cabrera Dueñas. Para todos ustedes:

 "Hoy no bajes a la fragua aunque el niño mire, mire... aunque el niño te esté mirando.
Hoy, Denís, el hombre de París, no se convertirá en lobo...
Mejor que lo haga cuando mengües o templadamente probará la potencia de nuestras libras arqueras.
Y si ese toro está enamorado de tí, abandónalo a su suerte en la puerta de chiqueros
que tú, preciosa, hoy...
eres luna pachanguera.
Aquel que necesite tu luz para su triste noche o noche amarga
¡que se lamente a oscuras!
... o en un bar, en la barra.
Hoy tú no eres ni para románticos,
ni para los aguardos de cobardes rifles,
ni para los cálculos ininteligibles de los astrónomos,
y mucho menos para los imperialistas deseosos de pisar tu rostro.
¡Que no!
que no te invoquen hoy  conjuros gitanos, ni la recadera del amor.
Que si la noche esta estrellada y tiritan azules sobre nosotros...
todas, por infinitas que sean, están invitadas a nuestra pachanga.
Deléitanos a nosotros con tus juegos de luces y sombras
que bajo tu mirada, nuestro anclaje y suelta serán lentos y seguros.
Y el vuelo de nuestras nobles flechas
buscarán, como tus rayos, a nuestros  animales inertes,
más bellos hoy que nunca.
Y cuando acabemos, sientate con nosotros y brinda.
Y prueba nuestros manjares.
Y rie a carcajadas.
Que serás ya, para siempre,
Luna Pachanguera."


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