Váli era el dios de la luz eterna, y como los rayos de luz eran a menudo llamados flechas, siempre se le representó y veneró como un arquero. Por esta razón, su mes en el calendario noruego se designa con la señal del arco y se le denomina Liosberi, el portador de luz. Ya que se sitúa entre mediados de enero y de febrero, los primeros cristianos le dedicaron este mes a San Valentín, que también era un diestro arquero y se decía que, al igual que Vali, era el heraldo de días más brillantes, el despertador de sentimientos tiernos y el patrono de todos los amantes.
(Información aportada por Chiki.)
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