Cuando uno lleva un tiempo con su arco lo conoce, igual que a
los amigos, y cuando aparece un ruidito extraño... uno se inquieta. Un arquero
no teme errar un tiro, forma parte del juego. Lo que detesta es un guitarreo
penoso, un zumbido sordo o un endiablado chasquido, producido entre sus brazos,
al soltar la cuerda. Los sonidos anormales del arco nos alertan de
que algo no va bien y eso mosquea. Pueden ser debido a mil cosas: el nock se ha
movido, se ha variado el fistmelle, la flecha no es la adecuada, está
desgastado el tapete... Hay que ir observando detenidamente todo el acto del
tiro. Paciencia.
Pero ¿y cuando el arco suena bien? Entonces es como un bufido intenso,
supremo, que encierra toda la energía del universo. Parece que diga : "Dejadme
paso, que sé lo que quiero". Es una sinfonía sublime en una sola nota.
También existen una serie de SONIDOS que desconocemos. Son
los de los días en que se gestó y parió el arco. Es cuando un maestro artesano
durante horas convirtió unos trozos de madera en un objeto único que formará
parte de la vida del que más adelante lo posea.
Recréate (sobretodo... escucha) con este video y que sirva de homenaje a aquellos profesionales que fabrican arcos con toda la pasión.
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