viernes, 6 de agosto de 2010

-Carcassonne



Me gusta lo arquero y por extensión lo medieval. Hace un par de semanas he disfrutado visitando la ciudad de Carcassonne, al sur de Francia. Es una región repleta de castillos e historias de los cátaros, "los hombres buenos". Es impresionante adentarse en semejante villa completamente amurallada y excelentemente restaurada. Callejeando se me escapaba la imaginación y casi me veía con una cota de malla en una almena calculando tiros de más de 100 metros. Un gustazo.
Allí nos contaron LA LEYENDA DE DAMA CARCÁS, LA HEROINA ARQUERA,
la leyenda esconde detrás de si un mito, el de la diosa madre, la ciudad mujer, la misma que lucha por la independencia religiosa ( y quien dice religiosa, política y cultural) frente al invasor extranjero que pretende conquistarla.
Resumieno dicha leyenda: Madame Carcas era la esposa del rey musulman Balaack. Cuando Carlomagno asedió Carcassonne, decidió que la ciudad sucumbiera de hambre. El asedio duró 5 años y al final todos los habitantes morían de hambre. Dame Carcas se convitió es una especie de Agustina de Aragón, o de Juana de Arco, envistiéndose en defensora de su ciudad y de su gente. Organizó a las mujeres, armó grupos de arqueras, repartió víveres, valiéndose de muchas tretas y argucias incluso fabricó algunos espantapájaros que colocó en la
s escarpas de manera que parecieran soldados. Era infatigable y junto a sus doncellas arqueras se pegaba todo el dia tirando flechas al campamento enemigo ( el de los francos) causandoles innumerables bajas Luego, como última astucia, hizo comer todo el trigo que quedaba en la cite al único cerdo vivo que aún tenían y ordenó arrojarlo desde lo alto de la torre. Cuando Carlomagno vio la cantidad de trigo que salía de la panza del cerdo, se desanimó y abandonó el largo e inexpugnable asedio. Pero a dama Carcás no le bastó este triunfo e hizo que sonaran los cuernos y olifantes para llamar al emperador. Alejados ya de la ciudad, este no las oía y su escudero exclamo: "Monseigneur, Carcas te sonne" (Mi señor, Carcas te llama") Se dice que de allí nació el nombre de Carcassonne. Nunca nadie conquistó esta ciudad. Y colorín colorado.

Bueno, incluso algún etimólogo le atribuye el nombre y origen del carcaj, carcax, a esta leyenda.

Reconstrucción de la protecciones en madera para los arqueros que recorrian las almenas.
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