jueves, 10 de noviembre de 2011

-Somos 7 billones


(al final le damos a alguien, sin querer...)



Esta escala arroja un resultado irrefutable: menos tierra, agua y alimentos para cada persona, y una mayor incidencia de la escasez sobre los sectores más pobres.

El profesor David Bloom del departamento de economía y demografía de la Universidad de Harvard, declaró que “muchos países en desarrollo se enfrentarán a enormes dificultades en el suministro de alimentos, agua, vivienda y energía para su creciente población, con repercusiones para la salud, la seguridad y el crecimiento económico. Los retos no son aún insuperables, pero no podemos tratar con ellos enterrando la cabeza en la arena ".


Se deberá encontrar urgentemente una economía que funcione en sincronía con los recursos planetarios y nuevas variedades de cultivos, los cuales, además, sean capaces de prosperar en el marco de los cambios climáticos actuales, que provocan y provocarán cada vez más estaciones irregulares e imprevistas.


Se deberá reformular urgentemente la distribución de anticonceptivos entre cientos de millones de mujeres (pese a quien pese), optimizar el auxilio para la supervivencia infantil, y reformar las políticas de inmigración, emigración y jubilación globalmente.

“Sólo cuando se haya cortado el último árbol, sólo cuando el último río haya muerto envenenado, sólo cuando se haya pescado el último pez, sólo entonces os dareis cuenta que el dinero no se come."
(proverbio indígena)

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