domingo, 17 de marzo de 2013

-El mito de la manzanita

 Los que tiramos con arco sabemos que la precisión está absolutamente condicionada por la carga psico-emocional que uno lleva en la secuencia del tiro. Sabemos lo dificil que es abstraerse de los estímulos del entorno y del propio diálogo interior que dispersan nuestra atención de lo verdaderamente fundamental. Sabemos que los buenos son los que dominan esa presión.

 
 

¿Qué presión no tendría aquel legendario y archiconocido  Guillermo Tell cuando fue obligado a tener que atravesar con una flecha  una manzana puesta sobre la cabeza de su propio hijo? El malvado gobernador que ideó aquel reto era rematadamente cruel y sádico pues el morbo radicaba en la posibilidad del fallo para, de ese modo, recrearse en la desgracia y el sufrimiento ajeno.


No se sabe si esta hazaña con final feliz sucedió o no verdaderamente en la historia, más bien parece ser  fruto de la imaginación popular. Pura leyenda.


Lo que resulta increible es que un tipo como Howard Hill, maestro de la arqueria y pionero de la caza deportiva con arco, incluyese en sus espectáculos de exhibición el numerito de la manzana sobre un pobre desgraciado. Aunque ya hace unos cuantos años de esto aún nos queda el testimonio gráfico de semejante  tropelia que lejos de despertar admiración provoca alarma y verguenza. Eran otros tiempos, hoy las leyes no se lo permitirían. Para mí, un mito menos.



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