jueves, 3 de enero de 2013

- El cielo y el infierno



 El  guerrero fue a ver al maestro zen Hakuin Ekaku y le preguntó: "¿Existen el cielo y el infierno?, ¿dónde están las puertas que llevan a ellos?...” Era un simple guerrero arquero , los militares suelen ser simples, sólo conocen dos cosas: la vida y la muerte.

 

Él no había venido a aprender ninguna doctrina, sólo quería saber dónde estaban las puertas para poder evitar el infierno y entrar al cielo.

 
  
“¿Quién eres?”, le preguntó el maestro Hakuin. 
“Soy un Samurai”, le respondió el guerrero. “Hasta el Emperador me respeta”, agregó.
Hakuin se río y contestó:
¿Un Samurai tú?, pareces un vulgar mendigo”.
 
El orgullo del samurai se sintió herido y olvidó para qué había venido. Rápidamente abrio su arco y apunto al pecho del atrevido maestro. Este le dijo: “Esta es la puerta del infierno. Tu flecha, tu ira, tu ego... te abren la puerta."

 
 











De inmediato, el samurai entendió. Bajó el arco y guardó su dardo de muerte en el carcaj. Hakuin dijo: “Aquí se abren las puertas del cielo. La mente es el cielo... la mente es el infierno...y la mente tiene la capacidad de convertirse en cualquiera de ellos. A cada momento las puertas se abren… en un segundo se puede ir del cielo al infierno y del infierno al cielo. Pero la gente sigue pensando que existen en alguna otra parte, fuera de ellos mismos. El cielo y el infierno no están al final de la vida, están aquí y ahora.”.

  
 
 "Cuento budista de origen desconocido."

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