Encontramos una mañana fresca y con niebla, con el ambiente y la tierra muy húmedos en donde ya no pueden faltar ni las polainas ni el goretex. Nos reunimos quince arcos con más de quince bichos lo que permitió cuatro tiradas dobles.
Dar la bienvenida a las nuevas incorporaciones: Julia, Diego y Teresa de Mérida; Pepe y Jorge de Badajoz y a Carlos de Zafra. Nos repartimos por la zona y montamos el recorrido entre TODOS/AS en veinte minutos.
Tras un breve calentamiento realizamos el sorteo de patrullas ¡Por fin una mano inocente!
Resaltar que el amigo Andrés se presentó con un arco con el cuerpo manufacturado por él mismo. Ergonómico y suavecito. ¡Quién fuera un manitas!
Tras un breve calentamiento realizamos el sorteo de patrullas ¡Por fin una mano inocente!
Resaltar que el amigo Andrés se presentó con un arco con el cuerpo manufacturado por él mismo. Ergonómico y suavecito. ¡Quién fuera un manitas!
Y comenzó "la cacería", con ganas tras el parón de las fiestas. Al final el recorrido resultaría facilito. Prueba de ello son las altas puntuaciones conseguidas. Quizás faltaron los tiros más largos. En contrapartida, disfrutamos como enanos y no perdimos tiempo rastreando flechas.
Pero, claro, con la tripa llena y tal... el recorrido fue más cachondo y con menos exigencias técnicas pero muy divertido y de muy buen rollo.
Pero ¿qué sucedía cuando iba a tirar Javi? ¿Voces de ultratumba, cacofonías, sonidos del más allá...? ¿El espiritu de la tortilla de morcilla patatera tomaba presencia en J.A.? No se sabe... pero el pánico se empezó a apoderar de todos nosotros y nos fuimos a tomar un café antes de regresar a nuestros respectivos hogares.
Para la hora del papeo se abrió el cielo y un tímido sol hizo más apetecible las cervezas y el vino. La gente, expléndida con sus aportaciones gastronómicas (empanada, tortillas, lomo, chorizo, quesos, aperitivos...) convirtió el tapeo en comida. Así que totalmente reconfortados decidimos emprender una segunda vuelta en patrullas por ranking.
Pero, claro, con la tripa llena y tal... el recorrido fue más cachondo y con menos exigencias técnicas pero muy divertido y de muy buen rollo.
Pero ¿qué sucedía cuando iba a tirar Javi? ¿Voces de ultratumba, cacofonías, sonidos del más allá...? ¿El espiritu de la tortilla de morcilla patatera tomaba presencia en J.A.? No se sabe... pero el pánico se empezó a apoderar de todos nosotros y nos fuimos a tomar un café antes de regresar a nuestros respectivos hogares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario