lunes, 17 de febrero de 2014

-Pensamiento eficaz

“El problema no es que no sepa qué hacer, el problema es que no hago lo que sé”

 

He leído el libro: "El juego interior del tenis" de Timothy Gallwey y estoy convencido que puede aportar mucha luz a esos aspectos relacionados con la psicología de la competición y de la actitud mental que descuidamos tan a menudo en nuestros entrenamientos de Tiro con Arco. Aunque centrado en el tenis es fácilmente transferible a otros deportes, de hecho he entresacado algunos párrafos a los que sencillamente les he cambiado las palabras específicas de cada deporte: pista por cancha, raqueta por arco, pelota por flecha, golpes por tiros... y el resultado es el que sigue:



"El máximo rendimiento requiere una “des-aceleración mental”: menos pensamiento,
menos cálculo, menos juicio, menos preocupación, menos miedo, menos expectativa,
menos intento por esforzarse, menos lamentación, menos control, menos nervios... menos
distracción."


"El juicio produce tensión, y la tensión interfiere en la fluidez que requiere el
movimiento preciso y rápido. La relajación produce sueltas fluidas y es el resultado de
aceptar los tiros tal como son –incluso, si resultan erráticos-."


"Nuestro objetivo debe ser acallar de forma progresiva la mente y alcanzar así una expansión continua de nuestra capacidad para aprender y actuar. Conseguir acallar la mente es un proceso gradual que implica el aprendizaje de varias habilidades interiores. Estas habilidades son realmente un arte, el arte de olvidar los hábitos mentales que hemos adquirido desde la infancia."


"Para acallar la mente uno tiene que aprender a colocarla en algún sitio. Uno no puede
simplemente abandonarla; tiene que concentrarla en algo. En la medida en que la mente se preocupa por los sonidos del arco , por no bajar el brazo de arco hasta q la flecha clave, por tocar el lobulo de la oreja al soltar la cuerda, o simplemente imaginar la trayectoria que seguirá la flecha..., nuestra mente dejará de interferir en los movimientos naturales del cuerpo."


"Las mayores perdidas de la concentración se producen cuando dejamos que nuestras mentes imaginen lo que va a ocurrir o recuerden lo que ya ha ocurrido.Cada vez que nuestra mente comience a escaparse a la “tierra de la fantasía”, simplemente traigámosla de vuelta con suavidad"

"Y poco a poco me fui dando cuenta que en lugar de aprender a concentrarme para mejorar mis tiros, practicaba el tiro con arco para mejorar mi concentración."


"Muchos arqueros acaban por fijarse unos objetivos de excelencia que están mas allá de sus posibilidades y muchas veces pasan a estar más frustrados y tensos en la cancha que fuera de ella. La cuestión parece estar profundamente enraizada en la estructura básica de nuestra sociedad. Vivimos en una sociedad orientada hacia el éxito en la que las personas tienden a ser evaluadas o medidas por su capacidad en distintos ámbitos. El mensaje es básico y muy claro: seremos una buena persona merecedora de respeto únicamente si hacemos bien las cosas. La ecuación subyacente que se ha establecido entre la autoestima y el desempeño ha sido prácticamente universal. Se trata de una ecuación bastante opresiva, por que significa que, en cierta medida, cada acción orientada hacia el éxito se convierte en un criterio para definir nuestro propio valor. De ahí que las personas más inteligentes, atractivas y competentes tienden a verse así mismas como “mejores”.
Cuando el amor y el respeto dependen de ganar o de tener éxito en una sociedad competitiva, es inevitable que haya mucha gente que sienta falta de amor y de respeto –ya que cada ganador implica un perdedor y cada actuación sobresaliente implica muchas que son inferiores-. A la luz de todo esto, no es difícil ver porqué tirar bien se ha convertido en algo tan importante para nosotros. Para salir de esta trampa, lo que hace falta es una clara comprensión de que el valor de un ser humano no puede medirse por medio de su desempeño, o por cualquier otra medida arbitraria.
No tiene sentido evaluarnos en comparación con otros seres que tampoco son evaluables. Somos lo que somos. Nuestra identidad no se reduce a lo bien que nos manejamos en un momento dado. El resultado de un trofeo de tiro con arco no nos define como personas, ni nos da motivos para considerarnos más o menos importantes de lo que éramos antes del inicio de esa competición.


No hace falta convertirnos en un matón que aplasta a los demás para ser un ganador; sólo tenemos que comprender que aplastar a los otros no es de lo que se trata. No nos debemos preocupar por ganar o perder el campeonato, si no únicamente por emplearnos al máximo en cada tiro por que hemos descubierto que ahí es donde reside el verdadero valor. Esforzarse al máximo quiere decir concentración, determinación y confianza en nuestro propio cuerpo para “dejar que las cosas sucedan por sí mismas”. Quiere decir hacer el máximo esfuerzo mental y físico.

La diferencia entre preocuparse por ganar y preocuparse por hacer el esfuerzo necesario para ganar puede parecer sutil, pero en realidad es muy grande. Cuando sólo nos preocupamos por ganar, estamos pendientes de algo que no podemos controlar totalmente. El que ganemos o perdamos en el Juego Exterior depende tanto del esfuerzo y talento de los demás oponentes como de los propios. Cuando nos vemos involucrados emocionalmente en unos resultados que no podemos controlar, tendemos a sucumbir ante la ansiedad e intentamos esforzarnos demasiado. Pero, lo que sí podemos controlar es el “esfuerzo” que empleamos para ganar. Siempre podemos hacerlo lo mejor posible en un momento dado. De esta forma, la energía que, de otra manera, habría sido consumida por la ansiedad y sus consecuencias va a poder ser usada para ganar puntos. Así, maximizamos nuestras posibilidades de ganar el Juego Exterior.
En el Juego Interior, es el esfuerzo continuo por abandonar el control y mantenerse centrado en el “aquí y ahora” el que nos permitirá alcanzar la verdadera victoria o derrota. Este Juego Interior nunca termina. Nosotros tenemos que ser quienes controlemos nuestro propio pensamiento."

Timothy Gallwey – 1974
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5 comentarios:

  1. Manuel González2/18/2014

    Buen artículo, Teo,
    Yo diría:
    "Pierdo mi camino y voy errante, busco lo que no puedo encontrar, encuentro lo que no busco.".
    R. Tagore

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  2. Respuestas
    1. Paco, tu que eres un deportista de élite y que has competido a nivel nacional e internacional con resultados sobresalientes sabes más que nadie del tema. ¿A que entrenas tu mente? Danos pistas , campeón.

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    2. Anónimo3/01/2014

      iluminamos. señor.

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  3. Anónimo2/18/2014

    Teo. eres grande
    Cabrera

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